No eres nadie. No sabes jugar ni cocinar. No tienes nada que sobresalga. Te ves normal, tu cabello es normal y tus ojos no parecen extranjeros. No entiendes la pasión por el deporte ni la dedicación que demanda. No quieres viajar ni conocer el mundo. No comprendes la fascinación con la adrenalina ni la entrega a la disciplina. No te ubicas, no sabes que hacer luego de lo obvio; te quedas demasiado callada y pasas desapercibida.
Nadie. Ni la más vieja, ni la más bonita, ni la más sociable, ni la más encerrada. No eres arriesgada ni segura. No eres suicida, porque no tienes el desapego y la reflexión completa, y no te gusta vivir simplemente porque aprendiste q ser así. No eres inteligente ni fracasada. No cantas bien, ni tocas un instrumento, ni pintas, ni dibujas ni esculpes. No tienes mirada para la fotografía y tu pensamiento visual es nulo.
Nada sabes hacer. Solo pasas el tiempo tratando de decir algo decente y no lo logras. Tecleando y rayando. Cerrando los ojos pensando en qué tan conveniente sería desaparecer.